Sixto Fariña, una marca registrada de la fotografía misionera

Sixto Fariña

Sixto Fariña es una leyenda de la fotografía misionera. Lleva más de cuatro décadas de vigencia en un rubro difícil y competitivo, donde el avance de la tecnología ha cambiado una y otra vez las reglas del juego. Permanencia, creatividad, constancia y compromiso han sido los motores de una carrera profesional sólida y reconocida.

No en vano lo llaman el "fotógrafo del pueblo", porque ¿quién no lo conoce? Su cámara ha hecho foco en casamientos, bautismos, cumpleaños, primeras comuniones, cenas de fin de año y cuanto evento social a uno se le pueda ocurrir. De la misma manera ha inmortalizado en imágenes los hechos periodísticos más importantes de los últimos 42 años. La vuelta de la democracia, las elecciones, los grandes momentos deportivos misioneros, las tragedias más dolorosas, las historias más sorprendentes y los personajes del momento pasaron por las distintas cámaras que posaron en sus manos.

La trayectoria de Sixto ha evolucionado con el devenir de la tecnología. Todo ha enriquecido su carrera. La piedra fundamental fue su ingreso a "Foto Estudio Jacquier", en 1973, donde ese cadete curioso aprendió a revelar negativos con el fotógrafo Miguel Ángel Martínez y luego el uso de la cámara con el propio dueño del estudio, Juan Jacquier.

Ese aprendiz intrépido y voluntarioso dio paso al cuentapropista que abrió un negocio en 1981, en sociedad con su hermano Carlos. Desde "Foto Fariña Hnos", en adelante, no paró nunca de registrar momentos únicos.

A una carrera ya en ascenso se le sumó un extra en 1996: el fotoperiodismo. La prensa se cruzó en su camino y su vida profesional dio un nuevo paso. Al sumarse a la revista Mensaje entró a un mundo donde las imágenes son un elemento fundamental. Las fotos son las compañeras inseparables de las noticias, el rostro de una realidad cambiante y compleja.

Pero la revista Mensaje fue apenas la puerta de entrada, porque en 1998 ingresó a las filas del decano del periodismo gráfico: El Territorio. Allí, durante más de una década de trabajo intenso, dejó un sello indiscutido, el de la imagen perfecta, el de los gestos irrepetibles y el de las situaciones reveladoras.

Desde 2009, Sixto ha llevado su arte a Internet. Lo puso al alcance del mundo, apenas a un clik de distancia. Su portal es un resumen de su esencia: los eventos sociales de siempre y las potentes tomas de los distintos hechos periodísticos.

En su currículum cuenta con el Andrés Guacurarí 2012 por su labor fotográfica; el Premio Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes 2014, "por el compromiso personal en el fortalecimiento de valores y principios inherentes a los Derechos de la Niñez y Adolescencia"; el galardón 2008 de la Liga Posadeña de Fútbol "por su silencioso aporte al fútbol posadeño"; y el reconocimiento de la Policía Federal Argentina 2004 por su trabajo de fotoperiodismo. Se ha capacitado en la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) en trabajo fotográfico para diarios y en el IPAC en el uso de las redes sociales. Y ha colaborado con distintos medios gráficos nacionales.

Desde la primera cámara 35 milímetros Olimpus-Uc, con recuadro luminoso en el visor, lente fijo y flash Sumpak que tomó en sus manos, ha pasado toda una vida. Hoy saca a relucir otros equipos, pero el mismo amor por la fotografía.

Aquel cadete ávido de conocimientos ha dejado paso a este profesional elogiado, que ha hecho cursos con los mejores exponentes de su generación a nivel profesional y al que ocho de cada diez posadeños reconocen cuando camina por el microcentro.

Cámara en mano siempre, sonrisa cordial y ojos avispados para captar el momento son su marca registrada. Más de 40 años después, sigue en la ruta. Y en este espacio se puede disfrutar su trabajo. Un verdadero privilegio.

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